Por Aurora Suárez
La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona.
Voltaire
Hace varios días llegó un correo de un amigo mío, por cierto de esos hombres muy serios que no creen en santos que orinan, en el cual me reenviaba una información sobre una niña llamada Rachel a quien le descubrieron cáncer cerebral y donde sus padres abogaban por ayuda económica. El mecanismo de apoyo consiste en enviar ese correo a conocidos y éstos a su vez a más conocidos. Una empresa (AOL) se responsabiliza de rastrearlo y por cada 3 personas que lo reciben, dicha empresa donará 32 centavos para los medicamentos de la niña. La nota, la firma José Luís Gutiérrez Vázquez, Jefe de proyectos del Consejo Asesor de Cómputo, DGSCA –UNAM.
Muy conmovida procedí a reenviarlo como a 100 gentes conocidas. Casi de inmediato tres personas de confianza me escribieron expresándome que hacía varios años (una de ellas, me confirmó cinco) habían recibido el mismo correo y estaban sorprendidas que aún estuviera circulando. Lo primero en que pensé fue en una estafa.
No podemos negar que una de las “maravillas” del avance tecnológico en el campo de la comunicación en las últimas décadas son
Si bien es cierto, se requiere de un cierto desarrollo económico y social para acceder a ella y sobretodo, recursos financieros y de cierto nivel de ocio para poder dedicarle “tiempo”. Internet cada vez más se generaliza como
Recientemente, un estudio realizado en Europa por la inglesa Royal Economic Society, indica que la niñez y juventud que usan menos computadora, tienen mejor rendimiento escolar. No es de extrañarse. Padres, madres y docentes de cualquier nivel de educación, somos testigos como
La deshumanización oculta de Internet, desesperada respuesta de este sistema globalizante ante el individualismo trastornado que le caracteriza, arrastra a las personas a buscar parejas en los sitios Web, experimentar placer sexual en los paraísos creados, satisfacer a maníacos con pornografía infantil, dependencia de los videos games propiciadores de violencia, hasta el colmo de llegar a planificar suicidios colectivos. Gerald Krien, un estadounidense de 26 años, a través del correo electrónico, logró convencer al menos a 32 personas, entre estadounidenses y canadienses para que todos se mataran al mismo tiempo. Menos mal que fue arrestado antes del suicidio colectivo.
La utilización generalizada de Internet, ya que es un medio integrado y completo (texto, sonido, imagen e interactivo), de acuerdo a estudios recientes de
La propaganda política de cualquier tintero inclusive la de las religiones utiliza actualmente este medio. Ahora por la red, se puede confesar, orar, enviar ángeles, milagros, panaceas a tus amigos y todo lo que se te ocurra. No hay límites, es un espacio libre y peligroso. Como estar en el paraíso picado por la serpiente sin ser expulsado.
A nivel cultural el escenario es un poco diferente, es enriquecedor por el conocimiento de la diversidad existente, aunque se corre el riesgo de fascinarse por las apariencias y caer tumbado ante el consumismo y perder la esencia de lo auténtico, lo simple y lo esencial.
Sobre los valores humanos, son catastróficos y contradictorios: provoca adicción a nivel subconsciente hasta crear ansiedad, preocupación y desencanto, por deseos no satisfechos, conduce al fanatismo y cuidado, a la locura. Conozco a una persona que por estar en Internet dejaba casi morir a su pareja enferma en una cama.
Por supuesto, que no todo es “negativo”. Resulta espléndido cuando se sabe utilizar, integrarse a redes y socializar información aunque, la creatividad humana amplia todos los límites. Esa creatividad verdadera que nunca permitirá convertirnos en seres “invisibles” o prescindibles. Es un juego, que se debe aprender a jugar, un arma de doble filo en el que muchos han tocado el fondo. Vale la pena manipularlo, pero nunca ser manipulados, ya que para eso, mucha experiencia tenemos en este país. Disculpen, voy a revisar mi correo electrónico, quizás entró una de esas “cadenas”…
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