Asteroide B612

Soy un montón de cosas, parte de este Universo y como tal, parte de ustedes y viceversa. Un poco de socióloga,filósofa, escritora, poeta, pintora. Soy humana y toda la dimensión que implica esa palabra.

sábado, 25 de agosto de 2007


La Internet: El Lado Oscuro de la Luna

Por Aurora Suárez

La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona.

Voltaire

Hace varios días llegó un correo de un amigo mío, por cierto de esos hombres muy serios que no creen en santos que orinan, en el cual me reenviaba una información sobre una niña llamada Rachel a quien le descubrieron cáncer cerebral y donde sus padres abogaban por ayuda económica. El mecanismo de apoyo consiste en enviar ese correo a conocidos y éstos a su vez a más conocidos. Una empresa (AOL) se responsabiliza de rastrearlo y por cada 3 personas que lo reciben, dicha empresa donará 32 centavos para los medicamentos de la niña. La nota, la firma José Luís Gutiérrez Vázquez, Jefe de proyectos del Consejo Asesor de Cómputo, DGSCA –UNAM.

Muy conmovida procedí a reenviarlo como a 100 gentes conocidas. Casi de inmediato tres personas de confianza me escribieron expresándome que hacía varios años (una de ellas, me confirmó cinco) habían recibido el mismo correo y estaban sorprendidas que aún estuviera circulando. Lo primero en que pensé fue en una estafa.

No podemos negar que una de las “maravillas” del avance tecnológico en el campo de la comunicación en las últimas décadas son la Internet y los celulares, hijos perfectos de la globalización para todos sus fines y que como toda tecnología de punta, fue engendrada y experimentada por la defensa norteamericana. Mi preocupación gira en torno a la utilización de Internet fundamentalmente y su inadecuado uso, por ejemplo, su lado mezquino, enfermizo o manipulador y por ende, sus consecuencias negativas sobre una población mundial mayoritariamente constituida por jóvenes.

Si bien es cierto, se requiere de un cierto desarrollo económico y social para acceder a ella y sobretodo, recursos financieros y de cierto nivel de ocio para poder dedicarle “tiempo”. Internet cada vez más se generaliza como la Coca Cola. En Nicaragua, en algunos municipios uno presenta dificultades para comunicarse telefónicamente por medio de ENITEL (además, los cierran entre 5:00 y 6:00 pm), pero no por Internet, los famosos “Cibers Cafés” están abiertos, aunque sin el café que una espera le sirvan, abarrotados por personas chateando y de fondo musical, una escucha la vida y milagro de los que llaman a los Estados Unidos, por un precio accesible. ¡Qué maravilla encierra la tecnología¡

Recientemente, un estudio realizado en Europa por la inglesa Royal Economic Society, indica que la niñez y juventud que usan menos computadora, tienen mejor rendimiento escolar. No es de extrañarse. Padres, madres y docentes de cualquier nivel de educación, somos testigos como la Wikipedia les resuelve sus deberes educativos en minutos. El espíritu investigativo, el hábito de la lectura entre otros, se han ido desvaneciendo, mientras la pereza y pobreza mental se corona reina en esta época. En el informe de la Comisión para la Educación en el siglo XXI a la UNESCO, presidida por Jacques Delors expresa que “cuando los niños pasan menos tiempo en el aula que ante el televisor, es grande el contraste que se les presenta entre la satisfacción instantánea ofrecida por los medios de comunicación, que no requieren ningún esfuerzo, y las exigencias del éxito escolar”. El impacto de ambos medios de comunicación visual complejizan y tensionan las relaciones sociales, en las que se incluye por supuesto a los adolescentes; su entorno, velocidad y agresividad.

La deshumanización oculta de Internet, desesperada respuesta de este sistema globalizante ante el individualismo trastornado que le caracteriza, arrastra a las personas a buscar parejas en los sitios Web, experimentar placer sexual en los paraísos creados, satisfacer a maníacos con pornografía infantil, dependencia de los videos games propiciadores de violencia, hasta el colmo de llegar a planificar suicidios colectivos. Gerald Krien, un estadounidense de 26 años, a través del correo electrónico, logró convencer al menos a 32 personas, entre estadounidenses y canadienses para que todos se mataran al mismo tiempo. Menos mal que fue arrestado antes del suicidio colectivo.

La utilización generalizada de Internet, ya que es un medio integrado y completo (texto, sonido, imagen e interactivo), de acuerdo a estudios recientes de la BBC de Londres está desplazando a la televisión y la radio. Los videos cibernéticos, por ejemplo, se encuentran entre una de sus causales. Y esta tendencia va en aumento en todos los países en general. Sitios como YouTube permiten al usuario buscar formas sencillas de encontrar, mirar y compartir videos por la red. Revivir, actualizarse o sentir indiferencia ante tiempos perdidos.

La propaganda política de cualquier tintero inclusive la de las religiones utiliza actualmente este medio. Ahora por la red, se puede confesar, orar, enviar ángeles, milagros, panaceas a tus amigos y todo lo que se te ocurra. No hay límites, es un espacio libre y peligroso. Como estar en el paraíso picado por la serpiente sin ser expulsado.

A nivel cultural el escenario es un poco diferente, es enriquecedor por el conocimiento de la diversidad existente, aunque se corre el riesgo de fascinarse por las apariencias y caer tumbado ante el consumismo y perder la esencia de lo auténtico, lo simple y lo esencial.

Sobre los valores humanos, son catastróficos y contradictorios: provoca adicción a nivel subconsciente hasta crear ansiedad, preocupación y desencanto, por deseos no satisfechos, conduce al fanatismo y cuidado, a la locura. Conozco a una persona que por estar en Internet dejaba casi morir a su pareja enferma en una cama.

Por supuesto, que no todo es “negativo”. Resulta espléndido cuando se sabe utilizar, integrarse a redes y socializar información aunque, la creatividad humana amplia todos los límites. Esa creatividad verdadera que nunca permitirá convertirnos en seres “invisibles” o prescindibles. Es un juego, que se debe aprender a jugar, un arma de doble filo en el que muchos han tocado el fondo. Vale la pena manipularlo, pero nunca ser manipulados, ya que para eso, mucha experiencia tenemos en este país. Disculpen, voy a revisar mi correo electrónico, quizás entró una de esas “cadenas”…

Agosto, 2007

La Bola de Cristal

LA BOLA DE CRISTAL


Por

Cada cinco años en nuestro país intelectuales, analistas de toda índole, las ma de los “no ilustrados” --como señalan algunos sapientes-- y, sobre todo, los medios de comunicación se recrean con el circo político que son las elecciones en este país. Saltan los “apodos” a los candidatos (ratón Mickey, el trompis, el tres leches, etc.), las escatologías y, sobre todo, sale la caja de lustrar entre los contrincantes. Es como ir a ver al cine la película “Jurasic Park”.

Por supuesto que no faltan los adivinadores o pitonisos que día a día nos alimentan desde el desayuno, sobre quién y no qué partido ganará las elecciones presidenciales. Se construyen, deconstruyen y reconstruyen imaginarios identitarios bajo el típico modelo caudillesco que tanto gusta en este país, aunque nos quejemos y digamos no aceptarlo por respeto a nuestra dignidad. Y los partidos, si es que así se les puede llamar, son esqueletos carentes de legitimidad en su funcionar y, en la mayoría de los casos, coyunturales. Son una banderita como las que vemos en las barreras de toros de las fiestas patronales.

Se juega a formar partidos y a ser “político”, todos no identificables ideológicamente son esencialmente híbridos, unos se autoreconocen como la “izquierda verdadera”, otros como “pragmáticos”, otros retoman sus viejos tiempos, y otros no saben ni qué son. La carrera es llegar al poder. Y por ello no es fortuito que nuestra niñez responda cuando se le pregunta: ¿qué te gustaría ser cuando seas grande? Político, porque se gana dinero.

Más que un festín de máscaras (como Los Hulosos), predicciones a partir de giros diplomáticos (a lo Oscar René), sala de juzgado (a lo Xiomara Chamorro), matrimonios (al estilo Quezada) y otras variedades encontradas como en los clasificados de los diarios, de una u otra forma se busca cómo tipificar el escenario electoral y presagiar la fórmula ganadora, olvidándonos de que estamos en Nicaragua, un país atípico, donde se ha querido cambiar todo para que nada cambie, donde el ser caco (el nuevo doctorado nica que es equivalente a decir, sinvergüenza, ladrón) nos puede llevar a ser: ¡candidato presidencial¡, y, con las virtudes del reinado de un Estado de Derecho (que enorgullece sólo a los enamorados platónicos de la modernidad), se nos dice que debemos cumplir con nuestra obligación: votar, mientras el binomio legalidad-legitimidad es barajado por el poder en los pasillos estatales día a día.




¿Hasta qué punto la importancia de las elecciones para el futuro del país?, me pregunto, les pregunto. Quizás un poco de indiferencia sansotiana (de Pierre Sansot, sociólogo francés, exponente de la teoría de la lentitud, si se le podría denominar de esa manera deliberadamente) combinada con el paradigma foucaultiano sobre el poder, me hacen conceptuar de otra manera sobre las mismas, pero fundamentalmente la vivencia diaria.


Al echar una ojeada a los candidatos sobre su trayectoria política, laboral, profesional, familiar entre otras, quedo en blanco. Las plataformas políticas, en su mayoría elaboradas por equipitos que desconocen de estrategias de desarrollo, pero sí de comunicación, conllevan, les aseguro, el mínimo común denominador: producción, empleo, educación y salud. Elementos de pura retórica vacía, instrumentos del discurso efectivo similar al canto de sirenas, que atrapa seductoramente y en el que creen y se hunden las víctimas del poder. Creo más en los vendedores de esas medicinas “cura todo”, con que uno se topa de vez en cuando en los buses, que en lo que pueda escuchar los próximos meses…


Ésas son las elecciones. El gran espacio que nos da la democracia cada seis años de ser ciudadanos y ciudadanas para la sobrevivencia del mismo. El gran circo, donde ya no sabemos si reírnos del payaso triste o él reírse de nosotros. La filosofía del mutuo engaño, para creer (o hacer creer; otro engaño) que todo está bien y el sistema funciona.

¿Se imaginan ustedes que en un determinado momento la ciudadanía fuera atacada por el “virus de la dignidad” ante el poder, se rebelara ante toda esta purulencia y el día de las votaciones decidiera dejar en blanco las boletas, o bien no asista a votar? Tal a como sucede en la fabulosa novela de Saramago “Ensayo sobre la lucidez” (y Mario Benedetti tiene un cuento similar), donde la mayoría de los habitantes deciden ejercer su derecho al voto de esta manera, castigando al poder hasta hacerlo cojear. ¿Por qué no es posible poner sobre el tapete al poder?

Resultaría más sensato que muchos se quiten el turbante, guarden la bola de cristal que a diario frotan para vaticinar el futuro electoral e investiguen sobre el entramado social, económico y cultural del país. Qué es lo que está pasando con la niñez, la juventud, las mujeres, la tercera edad, el campesinado, los migrantes, las reservas naturales, la poesía, el río San Juan, pero sobre todo, qué está pasando en esta “cosa” que se llama Estado de Derecho. Pregunta indiscreta (se violenta la ley): ¿por quién va a votar usted? ¡No me diga que va a consultarle a la bolita de cristal!

miércoles, 8 de agosto de 2007

Cuentos y otros

Mariposa Miel

Por Aurora Suárez

Eran casi la una de la tarde, el sol como un comal recibiendo tortillas, ponía la cara de Chabelita, chota, parecida a una flor de avispa. Los calcetines blancos caídos por el cansancio de andar peleando día a día con el polvo de aquel camino que la llevaba a casa.

“No me gusta el sol”, pensaba Chabelita mientras recordaba a un personaje que conoció a través de un libro-cuento que su madrina, quien vivía en la capital, le trajo de regalo el día de su santo. “Prefiero las estrellas de la noche frescas como el agua y calladas como las piedras”.

Hacía tres días que su libro se le había perdido de la mochila del colegio. Buscó por todos los rincones de su pequeña casa y ella sabía que sus compañeritos de clase no se lo había tomado. A ninguno de ellos les interesaba leer libros. Hasta se dormían en sus pupitres cuando a veces la profe de español les leía cuentos. Para Chabelita esos cuentos dejaron de ser interesantes desde que leyó aquel libro-cuento, su primer libro-cuento, a los diez años de edad.

Chabelita se metió al zacatal. Se sentó en un tronco debajo de un árbol a descansar un poco y mirando a su alrededor descubrió como los árboles, después de estar un buen tiempo desnudos, comenzaban a vestirse de hojas y flores, a hacerse como más grandes y fuertes y a los perros ya poco se los miraba echados a la orilla del camino. Los chichiltotes, carpinteros, colibríes y otros pájaros estaban regresando con sus cantos de lluvia musical.

“Qué bonito se está poniendo todo” se dijo a si misma Chabelita. “Pero yo estoy tan triste. ¡Se perdió mi primer libro! Me gustaba tanto, en él aprendí mucho de la gente, de lo que hay allá fuera de este pequeño mundo donde vivo.”

De pronto sus pensamientos se quedaron suspendidos en el aire cuando una mariposa multicolor, casi del tamaño de aquellas lechuzas de papel que pendientes de un hilo se alzan en el cielo. La mariposa revoloteaba alrededor de ella.

-¿Qué querés?- le preguntó la niña.

-No te preocupés. No estés triste- le respondió la mariposa.

-¿Por qué me decís eso? ¿Quién te dijo que estoy triste?-insistió Chabelita.

-Yo sé oler los sabores dulces, ácidos, amargos de las flores y eso me permite sentir en las personas los pensamientos que tienen esos olores- le respondió la mariposa.

En ese momento, proveniente del camino se escuchó un grito:

-¡Chabelita...Chabelita! ¿Qué hacés allí?- era su mamá regresando con compras del pueblo.

Como una saltapiñuela saltó del tronco y salió a encontrar a su madre, mirando hacia atrás, preguntándose en sus adentros quién era la mariposa y de dónde venía.

La mamá la iba regañando porque a esas horas Chabelita aún no había llegado a su casa a darles de comer a sus hermanos pequeños.

Chabelita caminaba en medio de un silencio tan profundo que su mamá asustada le preguntó:

-Niñá... ¿Qué te pasa a vos? ¿Qué tenés?

-Nada, nada- respondió, quedando sólo la música de los pájaros entre las dos.

Después de lavar los platos, jalar agua del pozo, dar de comer a las gallinas y los cerdos, desgranar maíz y estudiar, bajó hacia el río que estaba casi a la orilla de la casita. Quería ir a ver, acompañada de su perro Flecha, las largas filas de zompopos color ladrillo. Flecha todas las tardes emprendía una guerra contra los zompopos, tratando de agarrarlos hasta volverse locos ambos sin que nadie saliera triunfante.

Pero esa tarde, bajo un cielo color de algodón de azúcar, reapareció la mariposa sonriente, recién bañada y perfumada. Chabelita sacó un bombón de uva de una de las bolsas de su vestido, lo empezó a chupar, mientras seguía con sus ojos el vuelo de la mariposa y preguntaba:

-¿Quién sos vos? ¿Cómo te llamás?- le preguntó Chabelita.

-Mariposa Miel- respondió.

-¿Mariposa Miel? ¡Qué nombre! ¿Y por qué miel? ¿Acaso naciste cerca de un panal?- preguntaba la niña.

La mariposa revoloteó más fuerte por la risa que le causaba las preguntas de Chabelita. Cuando reía la mariposa encendía más sus colores.

-No es por eso que me llaman así. Pero un día de estos te voy a contar la historia de mi nombre. Es una historia muy linda, podríamos decir con un toque de amor, como ese bombón que te estás chupando.

Los ojos de Chabelita quedaron como palomas volando por el asombro. Chabelita se preguntaba: “¿Las mariposas se enamoran? ¿Mariposa Miel estará enamorada de una abeja? ¿O de un colibrí?”

La inmensa familia de los árboles y arbustos, la verde extensión de los potreros y el mugir del ganado conquistó las mentes de Chabelita, Flecha y Mariposa Miel. Pronto los últimos rayos de sol se perderían en las sombras de la noche.

El candil encendido en la casita hecha de ripios de maderas diferentes, indicaba a Chabelita el regreso a casa para ayudar a preparar la cena. Después de cenar Chabelita escuchaba las historias sobre ese lugar contadas por sus padres.

Chabelita meciéndose en la hamaca miraba como el río se poblaba de luciérnagas y quiebraplatas. Recordó que por eso llamaban al río, Lentejuelas. En lo alto, familias de estrellas formaban figuras en el cielo. Otras estrellas, huérfanas, cubrían el resto del espacio. De pronto a Chabelita la atrapó un repentino deseo por tener un asteroide donde vivir, entre libros, perros, mariposas y un río color violeta con peces verdes. Soñaba despierta...hasta que se fue quedando dormida arrullada por el canto de los grillos.

La tarde del día siguiente, igual a todas las que había vivido, fue visitada nuevamente por Mariposa Miel, quien le anunció que le tenía una sorpresa.

-¿Qué cosa es la sorpresa? ¿Una rosa color verde? Hum...No se qué podría regalarme una mariposa. ¡Me doy!- dijo Chabelita.

Meciéndose lentamente Mariposa Miel sonreía, mientras pensaba en lo inmenso que es la imaginación de los niños y niñas. No tiene límites, pueden poner un arcoiris en lo más intenso de la noche o ver la lluvia caer sobre el desierto.

Después de un rato de silencio donde sólo se escuchaba el rumor de las hojas y el viento, Mariposa Miel dijo:

-Ya vengo, ya te traigo la sorpresa-.

Voló hasta lo más alto del árbol, cuya sombra abrazaba a Chabelita y regresó con el libro- cuento que se había perdido.

-¡Mi libro cuento! ¿Qué hacés vos con él? Me viste estar triste y no me pudiste decir que vos lo tenías. ¿Por qué?- reclamó Chabelita.

-Espera, te voy a contar. Cada vez que vos regresabas de la escuela y te sentabas en aquel tronco a leerlo, yo desde el árbol te escuchaba y sentía que esa historia era como mi vida.

-¿Por qué- volvió a preguntar la niña.

-Al igual que el personaje de tu libro-cuento, El Principito, yo tengo una flor que amo y un día huí de ella, sin rumbo y llegué a este lugar el primer día que vos empezaste a leerlo...

-¿Vos estabas en el árbol? No te ví- le decía Chabelita.

-Día a día te escuché...Y ahora que yo lo he disfrutado a solas, aprendí mucho...Yo no sabía lo que era un libro, ni la importancia que tienen- dijo con sabiduría virgen la mariposa.

-¿Qué aprendiste?- le preguntó Chabelita.

-Que debo regresar a buscar mi flor...Un día te visitaré con ella...Nos vemos Chabelita y nunca dejés de creer en tu estrella, nunca dejés de creer en tu estrella, le repetía mientras se perdía en el monte.


La Calle Rosada

Por Aurora Suárez


Estaba sentada en una grada de la acera de su casa, con el vestido de algodón color mamón que su madre le había hecho. Lucía sus mejores zapatos, aquellos blancos con forma de galleta cubiertos de hoyitos que le sonreían y unos calcetines de vuelito que ya parecían sombrillas cansadas por la lluvia. La calle olía a limpio. Las gentes pasaban sobre el arcoiris que formaban los ladrillos de todos colores, unos apresurados otros como si el tiempo no existiese. María disfrutaba de las tardes, eran como abrir un libro de cuentos, descubrir cosas, rostros, las modas, las luchas y las insatisfacciones de la vida.

Habían personajes que formaban parte de su cuento. Don Esteban Quezada, el fotógrafo más famoso de ese barrio, caminando lento con un traje color gato invernal y de sombrero. Don Esteban que le había regalado sus primeras acuarelas para pintar sus deseos y quien siempre le daba un beso de abuelo. Ella quiso tanto a ese señor, que cuando él se fue a hablar con las estrellas, sus mejillas palidecían en momentos como el atardecer, ante la ausencia del olor a canas que el viento se había llevado.

También, esperaba con alegría al vendedor de pan, Chabelo, por que le encantaba sentir el sabor caliente de la harina reciclada con leche, esculcar la canasta llena de figuras, sabores, olores y la manta virginal que los envolvía. María, de esa manera comenzó a aprender de las personas, descifrar los gestos en sus rostros, los sabores y sinsabores de algo que sencillamente la llamaban vida.


Mientras jugaba con su muñeca preferida, esa de trapo hecha en Masaya, no de las que recibía de sus padrinos de Europa o bien, las compradas en Sears. Sino esa, la especial, la que cargaba los olores al pueblo amado de ella por su alegría. Muñeca hecha por niñas con puntadas de hilo mal cosido que las hacían aprender a ser mujer. María jugando con su muñeca, esperaba con la ansiedad de una coneja recién nacida, que la puerta café chocolate se abriera, para ver volar en Alberto sus cabellos y ojos negros profundos.

María soñaba con ser grande, ser libre como los vende pan en sus bicicletas, los mercaderes, los revolucionarios de la época que anunciaban con sus voces quienes eran, qué hacían, cuál era su razón de vivir.... María soñaba en el beso que vio en la televisión, en lo rico que era enamorarse, en todas las cosas que en ese momento le eran prohibidas.

Tenía siete años inquietos y planificaba sus deseos, tenía la certeza de que conquistaría aquel muchacho azabache, ligero como una liebre, delgado como sus piernas y con una sonrisa de sol. El era mayor que ella. Se aparecía en bicicleta por las tardes y en ese momento María sentía que la calle se volvía rosada, se despojaba de los olores, sabores y colores propios. María le dedicaba en silencio cada canción salida fugitiva de la radio como sus suspiros. Le miraba discretamente desde el otro lado de la calle, contando cada uno de sus movimientos. Revisaba si la camisa de cuadros como un mantel, era la de su color preferido. Celestita con rosado como el cielo de las tardes.



La tarde se sentaba junto a ella a despedirse y comenzaba a juntar sus pensamientos en una caja que había pintado con flores lilas. Ya en su casa volaban por el aire los olores a comida, sabía que pronto la llamarían para cenar y su momento de amor terminaría. Era la perfecta mujer que espera y no reclama, disfruta y sólo vive el momento. Tenía la sensación de estar amando como las lobas, escurridizas, silenciosas, pero penetrantes. Cargó a su muñeca, su radio y se despidió de la luna llena que comenzaba a dibujarse en el eterno tapiz que nos cobija. Alberto desaparecía como una luciérnaga en el bosque.

Pasaron los años y María se dio cuenta que los deseos no se planificaban, que eran cosas que sabían a piel y a labio, a olores tan extraños como una cocina ajena, a sabores sin nombre...sobretodo a una foto retocada. Ella se casó con un hombre color esmeralda, que se creía pez y le encantaban las muñecas occidentales, que comía verdades en medio de tantas mentiras. Un día de tanto, ella quedó sola en medio del olor a pólvora.

Cuando Alberto se convirtió en lo que muchos nunca queremos ser, adultos, buscó a María. En un parque, le confesó cuánto él disfrutaba viéndola de niña todas las tardes jugando con su muñeca y que en sus ojos encontraba un túnel lleno de luces decembrinas, le confesó sus deseos de arrebatarle un beso en esos días, pero siempre tuvo miedo.

Era diciembre. Ella se le acercó, le vio sus ojos, ya no tan negros, pero si intensos. Le dio un beso tan profundo como una caracola perdida en el océano y le dijo:

-No lo tenia planificado, de todas maneras es de tarde, busquemos unas bicicletas y escribamos nuestro cuento.


lunes, 6 de agosto de 2007

¿Por qué el nombre de Asteroide B612?


Por Aurora Suárez

A lo largo de mi vida he releído “El Principito” (Antoine de Saint-Exupéry) y siempre aprendo algo nuevo en él o bien, cada lectura es una nueva perspectiva. Refuerza en mí muchos de los principios y valores que cada persona tiene mientras existe, aunque estos sufran innegables metamorfosis a veces. Además de ser uno de los clásicos de la literatura francesa y, quizás universal, su magia radica en que nos lleva de la mano como niños/as en ese gran mundo de fantasía y realidad que encierra, para reflexionar y ahondar sobre temas vastos y profundos, como la amistad, el amor, el significado de la vida o el miedo a envejecer y morir. La sencillez de las cosas que a veces no somos capaces de identificar, de ver…volver al pasado, recuperar la inocencia. Es un libro que no tiene edad y, es imprescindible para cualquier ser humano, que aún no ha dejado de serlo o que quiere volver a “serlo”, en esta chimbomba llamada “tierra” a punto de explotar. Todos/as hemos visto decenas de amaneceres y atardeceres en soledad y no hay nada más oportuno que hacerse acompañar de este fabuloso texto. Los invito.


¿POR QUE YA NADIE HABLA DE REFORMA AGRARIA?

¿POR QUE YA NADIE HABLA DE REFORMA AGRARIA?

Por Aurora Suárez y Freddy Quezada




La reforma agraria ya pasó de “moda”. Más bien, se podría hablar a partir de los noventa de una “contrarreforma agraria”. Las reformas agrarias en América Latina con la complicidad de intelectuales y agraristas engendraron a un campesino, dependiente de un Estado fuerte, fruto de golpes de Estado nacionalistas o revoluciones, que distribuyera tierras individuales o cooperadas.


Si alguna diferencia media entre el populismo de ayer y hoy, sería, pues, un campesino beneficiado o silenciado. Cristóbal Kay, al final de su balance del desarrollo rural y cuestiones agrarias en la América Latina contemporánea, dice: “el modelo neoliberal ha tenido un efecto particularmente negativo entre el campesinado semiproletario y los trabajadores sin tierra, quienes podrían llegar a convertirse en una importante fuerza en futuras luchas sociales en el campo”.

De acuerdo a José Bengoa en su balance de 25 años de lo rural en América Latina: “en este período se ha producido la pérdida de autonomía
de la cuestión y sociedad rural y que surge, o debiera surgir, una nueva mirada hacia estas temáticas en busca de comprender el sentido que aún tiene y seguirá teniendo “lo rural” en nuestras sociedades” y, al cambiar actualmente las condiciones radicalmente, muchos asumen identidades étnicas o son absorbidos por clusters, se informalizan en ámbitos semiurbanos, migran a otros países o se hacen ambientalistas rabiosos. Nos preguntamos: ¿El campesino existió o la metamorfosis socioeconómica lo absorbió?


Algunos agraristas clásicos han sido llevados por estas nuevas corrientes. Ahora, se especializan en movimientos migratorios, se hacen aficionados a la antropología, a la ecología o se dejan reencantar de nuevo por los paradigmas económicos de escala: No existen reclamos de tierras. Pero, también nadie se las promete:¿Porqué?

Los marxistas más radicales en su época, siempre dijeron que las dos tareas de la revolución democrática burguesa en países atrasados eran la reforma agraria y la independencia nacional y que, en los países postcoloniales, ya no las podían ejecutar las burguesías nacionales. Cuando estas tareas las combinaban con reclamos propios de la clase obrera, un grupo o clase social de vanguardia, se establecía una cadena de reivindicaciones que sólo podía avanzarla de modo sano un verdadero partido revolucionario o, de modo pervertido, una clase ajena. Era el doctrinarismo, bastante devaluado hoy, de ha
ce años.


En Nicaragua, gobierna actualmente por la vía electoral una burguesía nacionalista de origen revolucionario, un poco parecida a la mexicana. Este nacionalismo llega, como siempre, tarde y mal. Con un problema de acceso a la tierra tiene que responder a esta pregunta: ¿fue un fracaso o un éxito? Si nadie habla de ellas, es porque todos los campesinos están contentos o porque fracasó tan miserablemente que nadie desea levantar esas banderas. O todos hijos o todos entenados. Para la curiosidad de un investigador, quizás estas preguntas tengan sólo un valor académico, pero en boca de políticos que la usen como bandera, pueden ser explosivas y dinamita pura en manos de algunos adversarios del gobierno actual. Antes de presentar las hipótesis que han invisibilizado el problema del acceso a la tierra en Nicaragua, son válidas algunas reflexiones previas.


I. LA BURGUESIA NACIONALISTA





Francisco Mayorga, en reciente publicación: “Los Megacapitales en Nicaragua”, dice que en Nicaragua existen cinco grupos financieros fuertes (BAC, BANPRO, UNO, LAFISE y BDF), los cuatro primeros con fusiones internacionales y sólo el último, sin ellos. Todo el cuadro y la obra de Mayorga, sugieren que la oligarquía está en los primeros cuatro grupos; y la burguesía nacional y el ejército en el BDF o, en grupos más pequeños aún (BANISTMO y otros). En esto, quizás, siga la idea de Orlando Núñez que esa burguesía “chapiolla” (el BANDES entra a jugar en estos escenarios), la componen el PLC y el FSLN, sin llegar a decir que, más que revolucionaria esa alianza, es nacionalista. Y más por el lado del FSLN que del PLC. Pero este nacionalismo, moderado frente a las negociaciones con el BM y el FMI, es inédito en más de 16 años de gobiernos neoliberales. Hemos dicho que, sin embargo, llega tarde y mal porque oponer oligarquía y burguesía “chapiolla”, como categorías que nada tienen que ver la una con la otra, en un paradigma cartesiano de lo claro y distinto, oculta, por ignorancia o mala fe, un paradigma rediático más próximo a la realidad.

a)
la red jurídica. No basta construir desde la INTERNET, con un exceso de vínculos electrónicos, como hace Mayorga, los grupos financieros en Nicaragua. Es necesaria la investigación de campo en la tupida y cochambrosa red jurídica sobre la propiedad para aproximarnos un poco a la magnitud de los grupos económicos. De hecho, la actual incertidumbre (una de varias razones) ha paralizado, para bien o para mal, la presión por la tierra. O la ha desviado por su mercantilización. El problema jurídico de la propiedad es prioritario y se necesitaría un batallón de investigadores jurídicos para determinar el peso real de propietarios de todo signo. Es de sospechar que “chapiollos” y “oligarcas” están enredados en esa tela de araña, como por ejemplo, Armel González y su esposa y las cooperativas de Tola en Rivas.

b)
la red financiera. No hay capital pequeño, sino uno preparándose para ser grande; siempre están en movimiento, como los tiburones. No tienen fronteras y su patria es la ganancia. Si la burguesía nacionalista puede aliarse con los oligarcas, lo hará bajo las mil fórmulas que tiene el capitalismo de riesgo y agresivo (joint venture, sociedades anónimas, acciones, bolsa de valores, inversiones relámpagos, etc). Sólo hay que recordar a Miguel Mora detrás de Carlos Pellas o a Bayardo Arce escupiendo en la rueda de los oligarcas tradicionales, para saber que son más las cosas que los unen, que las que los separan.

c)
la red familiar. La más delicada de todas. Tierra de pasiones y capitales. Los oligarcas que se fueron del FSLN (denunciados toda la vida por la “ultraizquierda”) y los que todavía se quedaron dentro (Coronel Kautz, Rapaccioli, Baltodano, Chamorro, Cardenal, Fiallos Oyanguren, etc) se casaron con algunos/as “chapiollos/as”, tuvieron descendencia que, ahora, ya coronaron sus carreras y se preparan para administrar los negocios de la familia. ¿Dónde están sus lealtades? ¿Cómo distinguir a un “nacionalista” de un “oligarca”, entre ellos? ¿Qué pasa cuando se rompen esos lazos, como el de Manuel Ignacio Lacayo y Patricia Castillo?

II. DISIPACION DEL RECLAMO DE TIERRAS


La reforma agraria clásica fue concebida desde una perspectiva individual. Es con Kautsky y Lenin, que surge la visión agraria cooperativista, que fue tan solo la justificación para evitar la fragmentación de la tierra. El sector reformado en Nicaragua (cooperativas) en los 80s que se le quiere uncir otra vez al modelo fracasado agroindustrial, ha sufrido un atroz descenso (ver cuadro) y se puede discutir sobre ello.



Pese a todo, estos sectores por lo menos poseen “algo”, son los sedentarios. Pero los nómadas, los que no tienen nada de nada, popularmente llamados “campesinos sin tierra”, invisibilizados en las estadísticas nacionales y que ahora ni siquiera se pueden cuantificar por la incertidumbre, polisemia y erosión del indicador. ¿Qué hacen? ¿Por qué ya no presionan por la tierra? Presentamos algunas hipótesis.


a)La migración. Los campesinos sin tierra migran, disminuyendo la presión sobre ella, y constituyendo el verdadero soporte del país por la vía de las remesas.


b)Las comunidades étnicas. Al reclamo de las tierras individuales, le ha seguido la idea, acompañada de cambios identitarios en las comunidades agrarias, que el reclamo de hoy pasa por presentarse como comunidades étnicas que exigen titularidad de amplios territorios, modificando el perfil y naturaleza antigua de los reclamos por el acceso a la tierra.


c)El medio ambiente. Esta idea de nuevo cuño, debilita la imagen de individualización de las entregas, por otra idea colectiva, planetaria, de la Humanidad y de las futuras generaciones, donde lo fundamental no es el reparto de nada, sino el cuido y la preservación de suelos, su vocación y usos, cuencas y microclimas.


d)Los clusters y maquilas. Pese a que absorbe poca magnitud, es sin embargo, la figura que mantiene la proletarización, en su sentido más clásico, de los campesinos sin tierra.


e)La informalización. Migración interna que puede ser a centros urbanos, semi o suburbanos, donde se adquieren hábitos de consumo y cosmovisivos diferentes, fruto de las exposiciones catódicas a los nuevos medios de comunicación.

Preguntamos: ¿Pueden las burguesías en general, y las “nacionalistas” en particular, en medio de la crisis de los Estados naciones, continuar reformas agrarias o siendo más conservadores, resolver el acceso a la tierra de las que ya nadie habla?



Junio, 2007


"Dilemas de la Libertad"



Dilemas de la Libertad: ¿Quién sos o cuántos somos?


Por Aurora Suárez


El VIII Censo Nacional de Población y IV de Vivienda realizado en julio del año en curso, fuimos como buenos ciudadanos arrastrados por una fuerte publicidad, donde no solo abrimos las puertas de nuestras casas, sino de nuestras vidas y del pequeño o gran árbol genealógico en el que coexistimos. Por inocencia, como la de Caperucita Roja ante el lobo feroz, fuimos totalmente interrogados por el Estado y violentados en nuestro derecho a permanecer callados. Pero, muchos se preguntarán, ¿por qué? Y aún permanecen en estado de inercia abogados, sociólogos, antropólogos y hasta políticos entre otros. Para muchos este hecho pasó inadvertido. Sólo significó una etiqueta en la puerta de la casa que dice “CENSADA”.

La Constitución Política de Nicaragua estatuye en el Titulo IV, Capítulo I, Arto. 26, numerales 1 y 4, “Toda persona tiene derecho: A su vida privada y a la de su familia; A conocer toda información que sobre ella hayan registrado las autoridades estatales, así como el derecho de saber por qué y con qué finalidad tienen esa información”. Refiere a la privacidad y el no estar obligado por ninguna norma jurídica a "dar información personal o de orden privada". Entonces, por qué al Estado en un Censo le interesa mi nombre y el del resto de habitantes de la vivienda (sección 6 a de la Boleta Censal y que contiene un anexo de observaciones abiertas, donde lo único que les faltó fue solicitarnos una foto del álbum familiar) Todo nombre propio es sagrado.

Etimológicamente el vocablo Censo proviene del latín Census, cuyo significado es "padrón o lista que los censores romanos hacían de las personas y haciendas". Los inicios del “conteo poblacional” en la historia de las sociedades obedecieron a dos razones fundamentales: militares (saber la cantidad de fuerzas disponibles en cierto momento o la que necesitaría para vencer al enemigo) o bien, el número de sus súbditos (conocer cuánto se podía recaudar en forma de impuestos) Las necesidades informativas del poder giraban en torno a lo fiscal o militar, provocando rechazo absoluto en la población, a tal punto que en 1753 la Cámara de los Comunes en Inglaterra todavía impugnaba un proyecto de Censo General, entre otras razones, porque amenazaba las libertades de las personas. Es hasta finales del siglo XIX que formalmente se comienza a considerar la población como una variable demográfica para planificar la acción política del Estado. Aparece el concepto de “habitantes” y comienzan a realizarse los censos como se les conocen en la actualidad. Los censos pues, dejan de ser un simple conteo, la estadística se convierte en la “aritmética gubernamental” (Estado y estadística vienen de la misma raíz latina, Status) formando un matrimonio de carácter matemático, político y gubernamental.

Por ello, no resulta extraño que Carlos Jarque, gerente del Departamento de Desarrollo Sostenible del BID en una entrevista aparecida en una publicación del mismo organismo declaró: ”los censos son hoy la columna vertebral de los sistemas de información permiten convertir a la fotografía censal en una película continua para seguir la coyuntura de los países al día…”

Los censos de población constituyen una herramienta para conocer diversas variables poblacionales de interés no solo para el Estado, sino para la empresa privada, organismos, instituciones académicas, profesionales y el público en general, con fines preventivos en cualquier campo, formulación de estrategias y políticas y para ejercer el control social, entre otros. Pero igualmente pueden ser una poderosa herramienta para ocultar realidades explícita o implícitamente, como la invisibilización étnica, cultural, sexual, migratoria etc, el tráfico de bancos de datos, o la vigilancia de los rebeldes, a tal punto, que las estadísticas han sido objeto de acusación en varias ocasiones por el delito de ejercer la “estadistificación”: el arte de mentir con estadísticas, conservando una apariencia de objetividad y veracidad (Glass,1974).

Por eso es necesario recordar que los instrumentos internacionales y la propia Constitución Política consagran como un derecho ciudadano exigir que los actos e informes estatales sean transparentes; y además, que las autoridades encargadas de producirla no la distorsionen o manipulen. Una forma de poner en positivo lo que debería explícitamente decir que tenemos derecho a callar (bajo riesgo de usarse en contra nuestra lo que digamos) ante algunas preguntas del Estado. En resumen, la historia censal pasada y presente, ha sido y es un instrumento al servicio del poder

En este contexto, el interés y preocupación central de este artículo gira alrededor de nuestras identidades, nuestros derechos como personas, a la inviolabilidad de nuestra intimidad, seguridad y protección. En la parte superior izquierda de la boleta censal en un recuadro dice: “Por ley, los datos suministrados son estrictamente confidenciales y serán usados solo para fines estadísticos” Pregunto: ¿Si el Censo tiene fines estadísticos, por qué interesa además de los nombres y apellidos de las personas, las “características” de cada una de ellas (sección VII); los nombres de los emigrantes en el hogar (sección IV); los nombres de nuestros seres que ya descansan (sección V) entre otras tantas sorpresas que nos trajo este Censo? Discúlpenme lectores, eso es más que estadística aplicada.

Desde el punto de vista técnico, basta con conocer la ubicación geográfica de la vivienda. Usted podría ser la persona 01, del departamento 01, municipio 01 y así sucesivamente hasta llegar al número del hogar en la vivienda. Ser objeto de codificaciones para garantizar un control y calidad en el levantamiento de la información. ¿Quién nos garantiza a los nicaragüenses que nuestros nombres no formen parte del tráfico de banco de datos? De los millones de enlistados que circulan por allí en manos de los que deciden nuestro futuro. Es por ello, que a veces nos informamos paradójicamente sobre nosotros mismos cuando asistimos a esas conferencias de consultores extranjeros (llámense, BM, BID, entre otros) en mapitas a full color donde,”habitamos” como puntos invisibles a nuestros ojos, y sólo con presionar una tecla, saben desde las hipotecas que tenemos, las deudas con la pulpería y el nombre de tu amante.

El Estado como tal no tiene el derecho de solicitarnos información (Cn. Artos.25,26,29,32), aún es más grave el caso cuando es confidencial. Se podría argumentar en esta ocasión que “el derecho de informar es una responsabilidad social” (Cn. Arto.67) pero también “los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás” (Cn, Arto. 24) El sistema nos enseña la obligación que tenemos en responderle al Estado pero no de ser escuchados, ni a callar (que si es nuestro derecho) como ciudadanos. El sistema desconoce los límites, no importan los medios sólo los fines. La ausencia de regulaciones entre el Estado y la sociedad quedan al descubierto. En Nicaragua por ejemplo, no existe una rama en las normas jurídicas que regule esas relaciones.

Desde Constant con su enunciado de la “libertad en la comunidad” y “libertad en la esfera privada”, así como Berlin, Mill, Hegel, Hill y otros más, se ha puesto sobre la mesa la discusión sobre la libertad. La libertad positiva (entendida ésta, como el limite hasta donde se llega, impuesto por el control estatal) y la libertad negativa (entendida ésta, como la libertad sin coacción, sin obstáculos, ni intervención del poder). La libertad positiva es la bandera de los Estados modernos (derecho de preguntar). La libertad negativa es incompatible (derecho de callar) con el sistema, desde lo más profundo de ella, es enemiga del poder.

No se puede dejar por fuera un elemento que se suma al análisis sobre el manejo de la información proporcionada para el Censo. El Instituto Nicaragüense de Estadísticas y Censos (INEC), instancia rectora del mismo, es una institución que además de estar adscrita al Banco Central de Nicaragua. (BCN), todo su quehacer ha contado con el apoyo incondicional técnico-financiero de organismos como el Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Unión Europea (UE)y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Desde el apoyo financiero por parte de estos Organismos, el INEC ha permitido situarlos en niveles de decisión técnica que por supuesto, responden a sus necesidades e intereses de información. Esto se evidencia en el Proyecto MECOVI - II Nicaragua, en el acápite correspondiente a Responsabilidad y participación de las agencias patrocinadoras de dicho Proyecto: “Tomando en cuenta la experiencia desarrollada en este campo tanto por el BID como por el Banco Mundial y el PNUD, así como la experiencia ganada hasta la fecha en Nicaragua en la ejecución del Proyecto MECOVI - Nicaragua, la responsabilidad del monitoreo de la ejecución técnica del Proyecto MECOVI-II Nicaragua será de las tres instituciones. La toma de decisiones técnicas se realizará por parte del INEC, el PNUD y el Banco Mundial en reuniones periódicas por establecer”. Sin comentarios.

Ahora solo me resta preguntarme si en el próximo Censo indagarán sobre nuestras opciones sexuales, a qué genomas pertenecemos o por quién vamos a votar (a quienes se enlistan en esa payasada). En fin, para cualquier información sobre mí, estoy en la base de datos del INEC.

Agosto, 2005

"El Nuevo Poder detrás del Trono"


El Nuevo Poder detrás del Trono:
¿Transferencia, Venganza o Fidelidad?
Por Aurora Suárez
A estas alturas, resulta cotidiano para la población ver, leer y escuchar casi a diario de algunas mujeres que desde el mundo de la “invisibilización”, a como es llamado por movimientos defensores de los derechos de las mujeres, han tomado por asalto o por transferencia imprescindible, el rol de libertadoras de los nudos que rodean el cuello de sus hombres. Estas mujeres, sin etiquetas y títulos consignados por grandes asambleas o bien, cada 10 de enero, son las nuevas protagonistas en el escenario social y político, sorprendiéndonos con un poder - ganado o no -, que nos recuerda la época homérica aunque procuren la inmortalidad victoriana en sus hogares.
Tales son los casos de María Fernanda Flores, Rosario Murillo y Doña Lila T. Abaunza. El pasado 11 de julio, fecha en que los liberales celebraron su aniversario, me permitió reconocer un fenómeno: la nueva tendencia en el ejercicio tradicional del poder que, casi o totalmente está siendo desapercibido por muchos analistas políticos, intelectuales, filósofos y más graves aún, por las feministas. En fin, por todos/as aquellos/as que nos viven tratando de convencer con su última verdad, que no es más que un reciclaje de discursos gastados para el deshilado tejido social y político de este país.
La influencia de estas mujeres desde y hacia el “otro” poder, además de representar una ruptura en los patrones socio-políticos (que se observa de modo más abierto en las jóvenes participantes en las marchas antipactistas), refleja un potencial real y genuino de liderazgo, que es lo más interesante, engendrado por fidelidades, traiciones, intereses, valores desenterrados y hasta una dosis de amor donde la identidad entra en crisis cuando se pretende “ser el otro”o”padecer lo que sufre el otro”, como señala Roland Barthes en fragmentos de un discurso amoroso. La ausencia de una trayectoria, militancia feminista o compromiso por los derechos de la mujer - que no se confunda cambiar la “o” por una “@” -, parecieran invalidar para estos casos, las vías tradicionales recetadas por grupos de mujeres de varias denominaciones para conquistar espacios políticos, liquidar la discriminación sexual en el seno de los partidos o destronar figuras masculinas en diversos ámbitos.
Cualesquiera sean sus causas, no cabe duda que la punta de lanza es la perpetuidad en el poder y no importan los mecanismos empleados para ello, solo el fin, las diferencias se diluyen, arrastrándonos a todos en esta vorágine de cultos, apologías y alianzas. Y es desde un natural proteccionismo a sus principados, que las tres, paradójicamente, son incidentes en las estrategias políticas de las tres fuerzas que en definitiva están jugando acompañadas de sus asesores sobre un tablero llamado Nicaragua; dos reales, el PLC y el FSLN y, una formal, sobreviviendo de la legalidad obtenida mediante el voto, el APRE.
De hecho, son más las cosas que las unen que las que las separan. Alrededor de ellas circulan escándalos, corrupción, misticismos, servilismo, nepotismo, antagonismos que han desembocado en excomulgaciones o arrinconamientos de algunos personajes representativos a lo interno y externo de estas esferas políticas como Yamileth Bonilla, Tomás Borge, Ma. Dolores Alemán, Herty Lewites, René Herrera en su momento, entre otros, quienes a la luz pública constituyen la manifestación más obvia del ejercicio de este poder. Ciertamente, cada una presenta determinados “dones” para ejercerlo.
En el caso de Ma. Fernanda, la esposa entrenada en los campos de El Chile, que resultó ser una buena alumna, su poder radica en el discurso, donde pareciera como efecto cinematográfico, hacernos sentir la redención de el Salvador, impregnada de un aire peronista vulgar y populista. Su audacia, a tal punto que le permitió burlar las medidas de seguridad migratorias norteamericanas y, desafiar después en los medios de comunicación a Garza previo a su venida al país, la configuran como una lideresa en ascenso, mujer abierta a los medios, que aventaja a sus homólogas ocupando un lugar importante en la agenda noticiosa.
La “compa” Rosario, llamada así por los militantes obedientes, es esencialmente maquiavélica, silente, férrea creyente en las danzas de las estrellas, velas e inciensos olorosos desde donde implora como chamana, no sólo la reconquista de la familia muy a lo Hillary Clinton, así como del poder político, sólo que en este caso, los excesos de este poder han colmado hasta las propias “bases” con los circos familiares de los 19 de julio, campañas electorales que saben a las comics “precious moments” y el retiro de muchos militantes que están terminando como Aureliano Buendía.






La tercera, Doña Lila T. la típica matrona que aconseja al calor de los almohadones por la noche o durante el desayuno con un buen nacatamal elaborado por ella y para lo cual si invita a los medios para degustarlo. En menor medida que la anterior, fantasmal, es el poder persuasivo tras el marido, para mantener a los “masayas” y a llegados, al estilo de Julio Vega en sus puestos y, tan débil políticamente, que no le permite ver a un “ trotsko” marchito que juega a la democracia asesorando a su marido.
Pero bueno, ¿realmente estas mujeres son depositarias momentáneas o artífices reales del poder político actual? Sólo sabemos que a pesar de los reclamos feministas, hoy nada impide que muchas mujeres realicen su potencial colmado de aciertos y desaciertos, empirismo, sagacidad, ingenuidad, motivadas por múltiples causas y mientras las tengamos, seguiremos teniendo actos políticos con aire circense, despachos fantasmales y caudillismo nicolasiano. Vemos como, los partidos políticos – si se les puede llamar así -, navegan en una marejada de olas tropezándose constantemente sin llegar a la orilla, firmando una vez más su acta de defunción.
No sé hasta que punto es valedera la expresión que en varias ocasiones escuché de mi madre: “Detrás de un gran hombre hay una gran mujer”. La grandeza de algunas mujeres y de todas aquellas que aún no la desnudan, no les llega sólo de sus grandes hombres, sino desde ellas mismas. Prefiero, pues, quedarme con Yoko Ono, Frida Khalo o Cleopatra… ¿Qué opinan ustedes?


Noviembre,2005