Asteroide B612

Soy un montón de cosas, parte de este Universo y como tal, parte de ustedes y viceversa. Un poco de socióloga,filósofa, escritora, poeta, pintora. Soy humana y toda la dimensión que implica esa palabra.

jueves, 25 de marzo de 2010

La Semana Santa



La Semana Santa



Cuando era niña, le tenía miedo a la Semana Santa: no podía correr por que pisaba al Señor, la Iglesia vestida de ropajes morados, áquel Santo Entierro que me ponía los pelos de punta, la censura a determinadas comidas, no encender fuego, las procesiones cargadas de dolor y en algunas hasya me vistieron de "angelita"...Uffff¡ Eran traumáticas.

Ahora, adulta, me pregunto el por qué la Iglesia hizo y muchas aún lo hacen (en los pueblos, por ejemplo) de la Semana Santa algo tan morbo y angustiante. Si bien es cierto, que representa la pasíón de Jesucristo, que murió por nosotros, por que quiso, aunque al final cuando estaba en la cruz, según la Biblia, susurró: Señor ¿Porqué te haz olvidado de mí? Eses dramatismo es terrible.

Mi pregunta ha sido siempre ¿Por qué generar sentimientos de culpabilidad en los creyentes? ¿Por qué hacer de Jesucrito una víctima?

Y es que alli donde ha radicado el poder de la Iglesia Católica y casi en todas las religiones. Hacernos sentir culpables. Es por ello que en la cultura occidental, la mayoría de las personas practican la ·"culpa" hacia el otro y la otra. Es lo que resulta más fácil y nos niega la posibilidad de crecer o cambiar como seres humanos.

La culpa es interminable en nosotros, ya que el ego busca como proyectarla hacia los demás, responsabilizándolos de nuestras fracasos y no nos permite resolver nuestros problemas o debilidades internas. Las personas que más culpabilizan son las que menos crecen. Más bien es, perdonar y perdonarnos, para poder darnos.

Jesucristo, un hombre despojado de cualquier tipo de ego, lo cual le permitió amar como lo hizo y entregarse, decidió dar su vida a como miles de luchadores lo han hecho a lo largo de la historia. Entonces, no debemos de sentirnos culpables por la muerte de Jesucristo, más bien, considero que la reflexión en estos días son oportunas para ser mejores y honrar a esa persona maravillosa.

Aunque tengamos mil cruces de palma, bendita en nuestra casa, asistamos a todas las actividades religiosas y nos sintamos "buenos" cristianos estos días, lo más importante es estar "limpio", y "transparente", ajenos a sentimientos negativos. Sólo de esa manera, tendremos la bendición verdadera, que debe nacer desde adentro nuestro para entregarla a los demás, como la alegría, la solidaridad, entre tantas cosas.

¡Feliz Semana Santa¡ Y que Dios les acompañe





miércoles, 10 de marzo de 2010

Carta abierta a mi padre

Carta abierta a mi padre

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Dedicado a Guillermo Suárez Rivas

Por esas casualidades de la vida, hoy encontré en la programación de la televisión la película “Singing in the Rain” (Cantando bajo la lluvia), protagonizada por Gene Kelly, Donald O'Connor y Debbie Reynolds, la cual es considerada uno de los musicales míticos de Hollywood.

No solamente, quise revivir mi niñez bailando esa música o tarareándola a solas como otras, más bien, revivir toda una historia de enseñanza que mi padre me ha proporcionado en muchos ámbitos de la vida, como: la dignidad.

Mañana 11 de marzo, cumplís años papá. Siempre haz dicho que te robé un “uno” (yo cumplo el 1 de marzo) y hago esto (aunque te sonrojés por las cosas impredecibles de tu hija), ya que creo necesario, justo y todos los adjetivos que pudiesen alcanzar mi agradecimiento por todo lo que me haz enseñado a lo largo de la vida ¡tantas cosas¡ que no vienen al caso mencionarlas¡ Escribo para y por otras cosas ¿Por qué no por vos?

Si de algo estoy clara, que mis valores y principios que vos y mi madre me transmitieron siguen vivos en mí y permanecerán allí siempre.

Recordé muchas cosas. Desde escuchar una buena música, disfrutar una excelente comedia musical juntos ( “Hello Dolly”, por ejemplo, entre tantas), leer un buen libro para “reciclarlo” y no andar repitiendo como lorita, cantar a Sinatra (My Way), nutrirme como planta virgen de todas las conversaciones de las gentes maravillosas que visitaban la casa, aprender el dolor de la muerte desde niña por los compañeros revolucionarios que entregaron su vida por sueños…sueños, en los que yo creí y me enseñaste a creer y a tener principios, aprender a conspirar, a ser honesta , a ser solidaria, a saber trabajar, luchar, a debatir y sobretodo a heredarme un escribir no forzado….sino ese que fluye desde el corazón como estas sencillas palabras las que hoy te dedico y, que a veces, me han causado problemas, pues soy de una sola pieza. Me siento orgullosa de vos y caminar cada día con la frente en alto.

¿Qué más puedo decirte? Llenaría toda esta página, haría un libro. Te agradezco papá por todo. Soy tu otro uno. ¡Feliz cumpleaños¡ Y gracias Dios, por tenerte.

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Introducción al Debate Contemporáneo

Freddy yo iniciamos a mediados del año pasado, el proyecto de elaborar un libro "Debates Contemporáneos" , para dar continuidad al libro "El Pensamiento Contemporáneo" (Quezada, 2006), nos permitimos presentar algunas reflexiones y parte de las polémicas más relevantes que compilamos para su realización.

“EL DEBATE CONTEMPORÁNEO”
(Versión breve)

Aurora Suárez y Freddy Quezada

Toda polémica, en nuestra cultura, responde a las reglas del Organon de Aristóteles, al método de Descartes, y a las lógicas de Kant y Hegel, expresables en las polémicas, a veces rudas, entre liberales y marxistas, y dentro de las variedades de cada uno.

Los compiladores hemos descubierto, también, la fascinación que han ejercido Paul Feyerabend (que polemizaba humorísticamente contra los mejores), Cioran (que desafiaba al mundo entero), Krishnamurti (que no entraba en conflictos con nadie como recurso polémico) y Wittgenstein (que polemizaba violentamente consigo mismo adelantándose así al peor de sus críticos).

Camus vs. Sartre, modelo de polémica contemporánea por su altura, hoy luce inalcanzable, porque el debate serio es alérgico. Donde las seguridades son superficiales, las argumentaciones frívolas, la profundidad rápida y los horizontes cambiantes, parecería arbitrario iniciar el debate contemporáneo con la polémica modernidad/postmodernidad.

El inicio del debate postmarxista, lo marca un sólo hombre, reaccionando ante las nuevas propuestas, como el guardián de la modernidad, a la defensiva ante las duras críticas de la que ha sido objeto: Jürgen Habermas. Este pensador alemán (heredero de la teoría crítica frankfurtiana y del pragmatismo anglosajón) ha polemizado con varios hombres que han significado distintos niveles de crítica y pensamiento: Ratzinger, Luhman, Castoriadis, Gadamer, Appel, Dussel, Foucault, Lyotard y Sloterdijk. Cada uno de ellos representó la doctrina cristiana, la legitimidad del sistema, la praxis social, la hermenéutica, la ética universal, la filosofía liberacionista, el saber y el poder, la decadencia de los metarrelatos y el cinismo de la razón ilustrada, respectivamente.

A partir de estos debates (ver su obra El Discurso Filosófico de la Modernidad), se han desencadenado muchos más que se enlazan y a veces pierden sus orígenes, pero que están condicionados por estas batallas. De hecho, podemos decir que si Habermas fue el polemista del último tercio del siglo XX, Foucault (que influyó desde postmodernos hasta decoloniales, pasando por los subalternistas indios y latinoamericanos) ya lo es, de inicios del siglo XXI.

La obra “El Debate Contemporáneo” tiene una división sencilla: inicia con una introducción, a la que le siguen cuatro capítulos geoepistémicos, donde se logrará situar en el primer capítulo, las discusiones euroestadounidenses (con Habermas, Petras, Stiglitz, Zizek, Butler y las feministas, entre otros); luego, las polémicas entre subalternistas indios y postcoloniales (con Said, Ahmad, Dirlik, Bhabha, Spivak y otros), seguido de los debates entre latinoamericanos (con el debate central entre Rama y Cornejo, las escuelas culturales y decoloniales); y, por último, las discusiones de mayor relieve entre nicaragüenses.

¿Por qué “geoepistémicos”? Por el peso que le acuerdan las corrientes más influyentes al “pensamiento” y a la capacidad que tienen sus tenedores más poderosos de imponerlo, de grado o por fuerza, a quienes los reciben, según los sitios donde habitan. Así, Europa y EEUU, constituyen un capítulo donde no figuran en sus discusiones debatir con pensadores de sus antiguas colonias o zonas de influencias, a quienes no les reconocen dignidad ni estatura para hacerlo. El pensamiento, en términos epistémicos, contribución alemana a la Europa misma, se cree en la mayor parte de los casos, un fruto y una facultad exclusiva de ellos. Y si alguna contradicción hay sobre él, entre europeos y estadounidenses, es el carácter grave que le atribuyen aquéllos, y el pragmático, instrumental y gestor, éstos.

Por su parte, los subalternistas indios y postcoloniales, son sus herederos y rivales, sobre los imaginarios que nos imponen los colonizadores y las estrategias que usan los subalternos para moverse dentro de ellos. Su mundo es señalar, sin contrapartida, cómo nos ven los eurocentristas o, en el caso de los subalternistas, cómo deshacernos de ellos a través de sus propias promesas emancipatorias, como hicieron Fanon y Sartre.

Por su lado, latinoamericanistas de todo tipo (desde la filosofía de la liberación, hasta los decoloniales, pasando por los dependentistas culturalistas y teóricos de la hibridez), se combinaron con los postcoloniales y subalternistas. Algunos de ellos, igual pero invertido, le asignan al “pensamiento” (haciéndolo, sin saberlo, el verdadero eje de debate) por encima de lo racial, político, económico e ideológico, el mismo peso y alcance de los eurocentristas, pero a cargo esta vez de aborígenes, afrodescendientes y, en menor medida “mestizos”, a través de experiencias “otras”. Al parecer, su Platón “otro”, es Guamán Poma de Ayala, un mestizo peruano de la primera hora, y su Aristóteles, Ottobha Cugoano, un africano liberto. Ambos letrados.

La obra cierra con debates representativos entre pensadores/as nicaragüenses, en muchos de los cuales no interesa saber ya, como le manifiesta Dios a Aureliano de Aquilea y Juan de Panonia (los teólogos del cuento de Borges), quién tenía la razón y quién no, desde un presente eterno donde se reconcilian el ortodoxo y el hereje, en una sola persona.