Hoyos negros
Las profundidades de la tarde, su mezcla de colores inseparables, silencio y quietud se parecen a mis días eternos recientes.
Indefinible, camino lento sin saber si soy el ocaso, la noche, el amanecer o la plena mañana.
Un rostro alquilado, me dice ser yo
creemos en una quimera disfrazada.
El cuerpo es etéreo
como todo.
Maldita o bendita
te esfumás
regresión hacia una recién nacida
liberada
virgen
diáfana
sin hoyos negros en donde pueda hundirme
despojada totalmente de todo
como en un estado de nirvana
ausente de cantos de sirenas
Presente, momento, instante.
Renacer, vegetar o morir es la decisión.
Ecilpsa la continuidad.
Solo se que
No sé, si morí y resucité
No sé, si el tiempo inventado se detuvo
No sé, que caminos olorosos a lirios como sin fin, anduve
No sé, si la vida fue de paseo dejándome a solas en el espacio
No sé, si creer o descreer
No sé, si me sabe a bueno o malo
El dolor es más eterno que el placer.
Y la vida un hálito volando entre la nada.
¿Será tristeza?
Soy la única testiga de esta belleza llamada tristeza
que congela mis labios, roba el brillo de mis ojos y andar de coneja regalándome a cambio, esta paz que disfruto inmutada.
¿A dónde fui?
No sé.
Siento la profundidad de los hoyos negros con paredes arcoiris
doy saltos y caigo en ellos
deslizándome lentamente
sin pavura
sin la persecusión de una memoria
como una niña jugando a las escondidas
evitando dejarme atrapar.
¿Hacia dónde voy?
¡No importa¡
Solo se
que reinventaré la vida:
buscaré caracolas nuevas para colgar en mi cuello
libros con nuevas carátulas
fotos que me recuerden
alimentar la luz que hay dentro de mí
creer más en el color de todas las flores, los pájaros y la música.
La vida creyó engañarme
¡La vida soy yo, dentro de mí¡
Luz, energía, amor
Soy yo.
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