UNA PERSONA MADURA – OSHO (Aprender a amar)
Una persona madura es aquella que no necesita padres. Una persona madura es aquella que no necesita a nadie a quien apegarse o en quien apoyarse. Una persona madura es aquella que es feliz con su soledad; es una canción, una celebración. Una persona madura es aquella que puede sentirse feliz consigo misma. Su soledad no es aislamiento, su alejamiento es un retiro, es meditación.
Un día tuviste que salir del vientre de tu madres. Su hubieras permanecido allí más de nueve meses habrías muerto; no sólo tú, también habría muerto tu madre. Un día tuviste que salir del vientre de tu madre; después, llegó un día en el que tuviste que salir del entorno de tu familia, otro vientre, para ir al colegio. Después, llegó otro día en el que tuviste que salir del entorno de tu colegio, otro vientre, para ir a un mundo más vasto. Pero en lo más profundo sigues siendo un niño. ¡Sigues permaneciendo en el vientre! Hay infinidad de capas en el vientre y hay que romper ese vientre.
Esto es lo que en Oriente hemos denominado el segundo nacimiento. Una vez que logras nacer por segunda vez te liberas totalmente de las huellas paternas. Y lo bello es que sólo entonces la persona siente agradecimiento hacia los padres. La paradoja es que esa es la única persona que puede perdonar a sus padres. Siente compasión por ellos y los ama, se compadece de ellos porque también han sufrido mucho. No está enfadada, en absoluto. Puede que tenga lágrimas en los ojos, pero no está enfadada, hará todo lo posible por ayudar a sus padres a dirigirse a esa plenitud de soledad, a ese grado de soledad.
En primer lugar conviértete en un individuo. En segundo lugar: no esperes la perfección, no la requieras ni la exijas. Ama a la gente corriente. La gente corriente no tiene nada de malo. ¡La gente corriente es extraordinaria! Cada ser humano es único; respeta esa unicidad.
En tercer lugar: da, sin condiciones; entonces sabrás qué es el amor. Yo no puede definírtelo. Tan sólo puedo mostrarte el camino para que lo cultives. Puede enseñarte a plantar un rosal, a regarlo, a fertilizarlo, a protegerlo. Entonces, un día, inesperadamente, nacerá la rosa, y tu hogar se llenará de su fragancia. Así es como ocurre el amor.
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