Asteroide B612

Soy un montón de cosas, parte de este Universo y como tal, parte de ustedes y viceversa. Un poco de socióloga,filósofa, escritora, poeta, pintora. Soy humana y toda la dimensión que implica esa palabra.

miércoles, 23 de diciembre de 2009




Señor, esta navidad, quiero crear un árbol de ramas muy extensas dentro de mi corazón y colgar como regalos, los nombres de todos mis amigos para que no sean arrancados jamás de vida.Y en lo más alto de ese árbol coronando su cima, estarás tú.


FELIZ NAVIDAD A TODOS Y TODAS¡¡¡


ADEMÁS ME PERMITO COMPARTIR CON USTEDES UN MENSAJE QUE ME ENVIÓ UN GRAN MAESTRO, AMIGO Y HERMANO QUE QUIERO MUCHO:

FELIZ NAVIDAD... RADICAL


(Seguramente nadie viviremos una Navidad así, pero... soñemos un poco)

Sin:


+ Santa Claus ni arbolito (es decir, consumismo)

+ pseudo-felicidad pequeño-burguesa (TV incluida)

+ ni dulces, ni alcoholes, ni ningún tipo de alienación

+ falta de respeto a la Madre Naturaleza (léase, contaminación, desperdicio de agua y despilfarro energético, entre otras cosas)

+ ternuras que duren sólo dos días

+ ruidos estridentes (o sea, contaminación sonora)

+ escapar de nuestra propia conciencia (al menos, por una vez en la vida...)

+ cristos espiritualistas eclesiásticos

Con:

+ Jesús de Nazaret, el Crucificado, el que nació sin permiso ni lugar, en un pesebre de animales, el homeless

+ el Espíritu del Padre, El-Siempre-Sorprendente

+ meditación (es decir, con verdadera paz interior)

+ opción por las y los pobres (¿y qué tal si invitáramos a alguien al que nadie invita y que no nos pueda retribuir?)

+ autenticidad de vida

+ alegría interior

+ acciones de justicia social

+ gratitud y gratuidad

+ y una buena dosis de socialismo humanista, que buena falta nos hace.

(Si así fuera, ¡ay! otro gallo cantaría...)

Rui manuel

lisboa

23.12.09.



lunes, 14 de diciembre de 2009

Intelectuales inútiles

Comparto con Ustedes esta publicación aparecida el día de hoy en el diario mexicano "La Jornada".

Intelectuales inútiles


Por Hermann Bellinghausen



n este México donde tantas devaluaciones se suceden, cada día se devalúan más los intelectuales. Un síntoma preocupante, habida cuenta de que son indispensables para la cultura, la libertad de pensamiento y la sanidad social. Durante la segunda mitad del siglo XX devino automático, incluso en el imaginario popular, asociar intelectuales e izquierda. Sucedió en muchas partes del mundo, pero aquí ya venía ocurriendo como producto de la Revolución y las políticas populares y populistas del Estado.

Tal vez era en parte infundado, pero en parte no. Desde el exilio español de los años 30, nuestro país fue inyectado por excelentes intelectuales progresistas, artistas, académicos y traductores; fue profundo el estímulo de la revolución cubana, y nada desdeñable la inserción en nuestra vida intelectual y científica de los exilios chileno, argentino y uruguayo en los años 70 y 80 del siglo pasado.

Hoy la figura del intelectual ostenta un cómodo "prestigio" entre los poderes y las elites. De ahí su desprestigio y falta de valor. Antes, un "intelectual de derecha" era rara avis, se le cultivaba y sobrevaloraba (Carlos Castillo Peraza fue un ejemplo), y servía como prueba de "pluralidad" en un periodo, el salinista, que siendo ilegítimo abrió juego a la Iglesia católica, al capital foráneo, y hubo empresarios beneficiados que se animaron a "escribir", como si fueran intelectuales, sin serlo. El único intelectual importante de la derecha sigue siendo el poeta Gabriel Zaid, heredero a su modo de los Contemporáneos y el Octavio Paz tardío.

No obstante, ahora la idea del intelectual es de derecha. Los que fueron de izquierda, notoriamente los excomunistas y sesentayocheros, se esmeran en demostrar que ya no, nadita. O que su onda es "civilizada". ("Yo siempre dije que Stalin era ojete".)

Los que requieren hoy un adjetivo que los dispense son los de izquierda, o progresistas. Así hay que referirse a los decanos del pensamiento crítico Pablo González Casanova, Luis Villoro, José Emilio Pacheco, Carlos Monsivaís, Gustavo Esteva, Juan Bañuelos, Adolfo Gilly, o sus pocos pupilos, para colmo rebeldes e inclasificables, como el polígrafo Carlos Montemayor, el subcomandante Marcos o el poeta Javier Sicilia.

La intelectualidad está congelada, aunque parezca lo contrario merced a su vistosa carrera curricular o mediática para ser financiados y promovidos. También del salinismo datan los sistemas nacionales de creadores e investigadores y las becas a "jóvenes". Súmense las largas residencias en universidades estadunidenses, los premios anuales que se cuentan por decenas y permiten una mascarada de "vida cultural" que el sistema ya desmanteló por la raíz. Quedan las ramas mustias.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Mi Pintura: Leda/El baño.

Por esas circunstancias que a veces en la vida se nos presentan, me vi obligada a deshacerme de una pintura que un gran amigo mío pintor me obsequió para un Diciembre hace cuatro años. Por cierto, fui testigo de su creación paso a paso. Y aunque en estos momentos, lamente en lo profundo esa pérdida por la pasíón que encierran las pinturas para mí (tienen un valor inmesurable), así como la música y la poesía, considero que en estos senderos por que andamos desde que nacemos, podemos perder o despojarnos de muchas cosas, pero nunca, perdernos nosotros de nosotros mismos, mucho menos de la belleza que nos rodea, ésa, que ni se compra, ni se vende, que la tenemos por doquier cada día.

Entonces, un amigo poeta, escribió una valoración sobre la misma que me permito compartir con Ustedes. Vendrán más pinturas. Lo sé.



LEDA/EL BAÑO DE VICTOR CANIFRU

Por Anastasio Lovo

Victor Canifrú (Chile, 1950) pintor chileno pero nica de vivencia y corazón desde hace más de treinta años, ha madurado una obra de colores fulgurantes, cálidos, tórridos que dan cuenta de su metamorfosis en un ser tropical.

La expresión del color de Canifrú es original y estéticamente lograda. Ésta la alcanza en sus óleos sobre tela, con un dominio riguroso de las técnicas imitativas del realismo, convertidas en realismo mágico por la exuberancia del trópico y el vuelo de su imaginación desatada plein air.

Leda/El Baño de VC es una obra maestra de la belleza de la mujer, con una sensualidad de formas y color donde se establece una isotopía significativa: la mujer es la pintura y la pintura es mujer, planteando una apertura a la magia del arte. Leda El Baño es un cuadro mágico y poderoso por los actantes implicados y por la anécdota (sujet) relatados, digno de cualquier espacio público.

Leda, después de ser poseída por Zeus tronante convertido en cisne, decide tomar un baño. Como caída del empíreo Leda se posa en aguas de esmeralda profunda rieladas por la luz aurea del sol; para recibirla con los verdes de la selva y los oros del señorío.

Leda no ha entrado a las aguas caminando como cualquier mortal. Su suave caída de pluma leve, un copo restante del Cisne Divino, la acusan los círculos concéntricos que se ven desde la orilla del primer plano inferior hasta su punto de fuga -misterioso y oscuro- que el pincel resuelve en frontera umbría de selva y aguas.

Pero la apetencia de Zeus por la belleza de Leda hace que no conforme con la primera posesión animal, el Dios decide volver a estar con ella ahora transformado en lluvia de oro (como hizo con Dánae), en un torbellino de rojos y malvas otoñales que expresan su tierna pasión por la belleza femenina.